Qué es la culebrilla y cómo se puede prevenir su aparición
Una de cada tres personas en el mundo podría desarrollar esta dolorosa enfermedad, consecuencia del virus varicela-zóster. Teniendo en cuenta que el 90% de los argentinos mayores de 50 años tuvo varicela, qué hay que saber sobre los factores de riesgo y qué vacunas hay disponibles.
La mayoría de las personas desconocen que el virus causante del Herpes Zóster, conocido popularmente como culebrilla, es el de la varicela, enfermedad que el 90% de los argentinos mayores de 50 años padeció mayormente en su infancia. El mismo permanece en el cuerpo de manera latente en las raíces nerviosas y puede reactivarse.
En tal sentido, las estimaciones indican que una de cada tres personas a nivel mundial puede desarrollar Herpes Zóster a lo largo de su vida.
Uno de los principales factores que inciden en esta posibilidad es la edad, ya que el riesgo de contraerla se incrementa a partir de los 40 a 50 años y aumenta cada año que pasa. Incluso, a partir de los 85 años, una de cada dos personas corre el riesgo de sufrir de Herpes Zóster ya que el sistema inmune de la persona se va debilitando de manera significativa y genera mayor susceptibilidad a enfermedades infecciosas.
Las enfermedades autoinmunes, tratamientos inmunosupresores como la quimioterapia o el consumo de esteroides, también son factores de riesgo debido a su capacidad de alterar la respuesta del sistema inmune. En la misma línea actúa el estrés, pudiendo colaborar a que se reactive el virus varicela-zóster (VVZ).
“El Herpes Zóster es una enfermedad que está desde siempre, aunque no se conoce en profundidad, especialmente las complicaciones que ocasiona y que están vinculadas a la gravedad del dolor intenso que puede provocar. Es muy importante que las personas mayores de 50 años realicen una consulta con su médico o médica de confianza para conocer más acerca de la prevención y el tratamiento del Herpes Zóster”, afirma la Dra. María Seoane (MN 81.444), directora médica de GSK Argentina.
Síntomas y complicaciones
Las primeras manifestaciones del Herpes Zóster suelen ser molestia y sensibilidad al tacto, picazón u hormigueo en la zona del tórax, en el abdomen o el rostro. Luego sigue una fase aguda en la que aparece la erupción cutánea con ampollas y un dolor agudo. Tras unos siete o diez días estas se convierten en costras que desaparecen a las dos o cuatro semanas, dependiendo de cada caso.
No obstante, la enfermedad también puede complicarse provocando neuralgia postherpética (NPH). Se trata de un dolor neuropático que se presenta durante bastante tiempo, desde unos tres meses hasta varios años luego que las ampollas ya desaparecieron.
Se expresa como ardor o dolor punzante que puede ser constante o intermitente. Hasta un 30% de las personas que padecen Herpes Zóster pueden desarrollar NPH, por lo que es la complicación más frecuente, aunque se trata de una sintomatología difícil de manejar a nivel clínico.
Esto también significa que la persona que padece de culebrilla puede tener su vida normal severamente limitada durante un importante período de tiempo. Esto suele impactar negativamente en su calidad de vida y en la de su entorno.
Fuente: Infobae