La Catedral fue una verdadera fiesta
Con goles de Arce y Bianchi, Independiente Rivadavia derrotó por 2-0 a Huracán por la Copa de LPF 2024.
El Azul del Parque sumó su segundo triunfo consecutivo al doblegar a Huracán de Parque Patricios por 2-0 con tantos de Arce y Bianchi. Triunfazo del equipo de De Paolis que empieza a soñar en cosas grandes. El próximo jueves, visita a Rosario Central.
Lo que cuesta, vale. Así como reza ese viejo dicho popular, de la misma manera se puede analizar la victoria de Independiente Rivadavia sobre Huracán. Justa en el marcador y quizás mezquina para la visita que convirtió en figura a Marinelli. De esas victorias que consolidan un proyecto y que cotizan alto al final de temporada: 2-0, goles de Arce y Bianchi.
El arranque mostró más ímpetu en el local que avisó con un pase de Vázquez para Realli, quien envió un centro que entre Galíndez y Tobio se encargaron de sacarle el grito a Arce. Esa tempranera jugada despertó al Globo que con el trabajo de Fértoli y Alfonso por las bandas empezó a inquietar a una defensa dormida, que perdía ubicaciones y que a partir de eso, el visitante tuvo dos chances muy claras para ponerse en ventaja. Claro que lo defensivo no era todo en la Lepra. También se daba que en la línea media no había contención,Gil Romero perdía los duelos y sus compañeros no presionaban en bloque.Entonces, cada vez que la pelota pasaba por Fértoli o Alfonso, Huracán llegaba con claridad con Pussetto moviéndose por todo el frente de ataque y con un Garate que, para suerte de Independiente, no estuvo fino.
De todas maneras, antes de eso, Realli volvió a mostrarse desequilibrante sobre Pereyra, hizo un par de regates por izquierda y quedó en posición de remate. Su derechazo tenía destino de red, pero Galíndez lo evitó con una gran estirada. Luego, lo mejor del equipo de Sava, que aprovechó ciertas distracciones en el fondo rival y puso a Garate frente a Marinelli, quien se lució tapando en dos tiempos un cabezazo del delantero. Pero eso no fue todo. Minutos más tarde, los mismos protagonistas. Alfonso se sacó de encima a Maidana, centro al punto del penal, Bianchi no pudo despejar, el balón descansó en el pecho de Garate, quien remató de zurda y Marinelli se la encontró abajo. Increíble. De Paolis hacía de todo para despertar a los suyos mientras del lado del Globo parecía estar más claro. Era mover la pelota de un lado para el otro y tratar de aprovechar alguna otras distracción.
Más allá de todo ello, la primera parte finalizó como había empezado, aunque dejando la sensación de que si Huracán se lo proponía, podía hacer mucho más daño ante un rival que presionaba alto, muchas veces con poca gente, y que quedaba expuesto para los “rapiditos” de la visita. A la Lepra, que tuvo en un remate de Más desde afuera su tercera ocasión, le falta un volante que se haga dueño de la pelota para dejar de ser tan vertical el momentos donde un partido le pide pausa. Es que ayer, como sucedió ante el Rojo de Tevez, quedó expuesto en varios pasajes y de no ser por su arquero, se hubiese ido al descanso en desventaja. Tarea para el hogar para De Paoli de aceitar un esquema que por el momento, más allá de los resultados, no está dando soluciones.
Para el ST, “Rodo” movió la estructura. Ingresó Rufino Lucero por Napolitano y fue clave el cambio. Es que tras un córner, el ingresado la desvió de cabeza en el primer palo, la defensa de Huracán quedó desconcertada, la pelota le llegó a Bruno Bianchi que remató incómodo, la ejecución se convirtió en una asistencia para Arce que, en la primera chance que tuvo, no dudó y la mandó a guardar. Histórico gol del paraguayo, otro más, pero el primero de Independiente en Primera División jugando en el Bautista Gargantini. Antes, Marinelli se había lucido una vez más al tapar un balón insólito que pasó entre las piernas de Petrasso y que el arquero local le puso su cuerpo para evitar lo que parecía ser el gol de Huracán.
La apertura del marcador tranquilizó a Independiente y llenó de preocupación a su rival, que se mostró falto de ideas y que dependía de alguna genialidad individual para poner otra vez en aprietos a Marinelli. Sin embargo, fue el dueño de casa quien estuvo efectivo. Tras un córner desde la derecha, Bruno Bianchi se anticipó a su marcador por el segundo palo y marcó de cabeza el 2-0. Con dos balones detenidos el equipo de De Paolis hacía estallar de algarabía a un colmado Gargantini.
En el último tramo, la Lepra se resguardó en su campo y trató de aliarse con el tiempo para cerrar su tercera producción en la categoría de elite de AFA con su segundo triunfo consecutivo. Una victoria sufrida, por momentos, y muy trabajada después, pero que cotiza en la bolsa ante un rival que no pudo con Marinelli y que suma en oro para los promedios.
Fuente: losandes