El pibe, poniéndole dinámica y velocidad por ese sector, siempre hizo lío. En la Lepra, mientras tanto, todo dependió más de lo que hacía Villa que el resto, que buscaron constantemente al colombiano para ponerlo a correr mano a mano con los defensores.
Godoy Cruz e Independiente Rivadavia quedaron a mano

Godoy Cruz e Independiente Rivadavia igualaron 1 a 1 en el Malvinas Argentinas, por la fecha 12 de la Liga Profesional.
Por la fecha 12 de la Liga Profesional, Godoy Cruz Antonio Tomba e Independiente Rivadavia igualaron 1 a 1. El encuentro contó con el arbitraje de Silvio Trucco, y la televisión de TNT Sports Premium. Lamentablemente se jugó a puertas cerradas, por una sanción sobre el club Bodeguero.
Todas las expectativas se fueron desvaneciendo en la medida que pasaban los minutos en este nuevo cruce entre el Tomba y la Lepra en el Malvinas Argentinas, donde el silencio en las tribunas se contrarrestó absolutamente con los gritos de los jugadores, que se escucharon con total claridad en el campo de juego: ” ¡dale, dale, dale… metele!… era el grito más común en el estadio. No sólo de los protagonistas, sino también de los pocos privilegiados que pudieron presenciar el partido desde el palco oficial, y en la platea y los periodistas partidarios.
Abajo, en la cancha no se daban tregua y parecía que el cero no se iba abrir al cabo de los primeros 45 minutos, que pasaron sin demasiada especulación, pero tampoco con mucho brillo. Lo mejor lo había puesto el Expreso, que tuvo las más claras en los pies del Indio Fernández y Barrea, bien acompañados por la Joya Andino que participó y superó siempre las marcas por el extremo derecho.
Cuando parecía que la primera etapa se iba sin pena ni gloria, un muy buen centro de Lucas Arce terminó en un rechazo, que le quedó a Andino. El joven se acomodó con sus zapatos fluor, y sacó un remate cruzado al primer palo de Centurión que retumbó en forma de gol en el oeste argentino. El Tomba abría el partido sobre el cierre de la primera etapa con el pibe de la casa. Ese que hace soñar y le hace honor a la cantera bodeguera.
Por eso no fue una casualidad que Gonzalo Abrego se quitase su zapato rojo y se lo diera al pibe que, en pleno festejo, lo besó y lo levantó; ¡Para usted, maestro! deber haber dicho. Homenaje a quien fue uno de sus entrenadores y el autor de aquel gol a la Lepra en 2008, David Fernández. El fantasma de los famosos botines rojos comenzó a merodear lugar.
La segunda parte, con mejoría de Independiente Rivadavia:
En el complemento, la Lepra estaba para el cachetazo. No encontraba los espacios, y no generaba nada de fútbol con Sequeira y Ortega. El juego no le llegaba bien al colombiano Villa, lo más desequilibrante. Es que Mendoza, Morán, Rasmussen y Arce hicieron un trabajo impecable en defensa, y cerraron todos los espacios ante un rival que nunca claudicó.
Santino desbordaba por izquierda y seguía complicando, pero también comenzó a sentir el desgaste y el peso del partido, al igual que sus compañeros. Berti, por su parte, recurrió al banco. Si hay un equipo que nunca tira la toalla es Independiente. A los 28′, llegó un centro de Villa desde el córner, una mala salida de Franco Petroli y la cabeza del paraguayo Iván Villalba, que le dio vida al equipo del Parque.

Godoy Cruz – Independiente Rivadavia, por la Liga Profesional
El Tomba a esa altura solo se defendía como podía, ante un Azul que quería más. Algunos minutos más tarde, el elenco de Berti volvió a pegar desde las alturas y la pelota parada. En este caso, a los 34′, Villa mandó al área un tiro libre venenoso, Valente cabeceó y Petroli dio rebote. Studer la volvió a meter al medio para que Valente la mande a guardar. Sin embargo, el VAR intervino y cobró posición adelantada del defensor.
Luego de esa acción, el partido se hizo chato y nadie arriesgó más nada. Terminó mano a mano el clásico, donde los pibes del Expreso volvieron a sacar la cara, mientras que la Lepra entre sus vaivanes volvió a demostrar de qué está hecho y que llegó a Primera División para quedarse.
Fuente: Losandes