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Crecen la incertidumbre y la violencia en Venezuela: ya hay 26 muertos

Crecen la incertidumbre y la violencia en Venezuela: ya hay 26 muertos

Un escenario de incertidumbre y agitación envuelve a Venezuela tras la gran marcha opositora del miércoles. Gracias al firme respaldo que recibió de la cúpula de las Fuerzas Armadas, Nicolás Maduro decidió no ceder un gramo de poder pese a que la rebelión popular continuó durante la madrugada del jueves con enfrentamientos en distintas ciudades que elevaron a 26 el número de muertos.

El régimen, aislado por la ofensiva de la comunidad internacional que sólo reconoce a la Asamblea Nacional como autoridad legítima de Venezuela, lanzó un incipiente contraataque contra el líder opositor Juan Guaidó, titular del Parlamento y flamante “presidente encargado”, como él mismo se definió.

Maikel Moreno, presidente del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), un organismo bajo dominio chavista, adjudicó la crisis a “un golpe de Estado con anuencia de gobiernos extranjeros” y exhortó “al Ministerio Público a determinar las responsabilidades que pudieran tener los integrantes de la Asamblea Nacional ante la objetiva materialización de conductas constitutivas de tipo delictivo”.

Esta postura fue respaldada luego por Maduro, quien sostuvo que la resolución de este tema “queda en manos del Poder Judicial”. “Yo, como jefe de Gobierno, pido que se haga justicia para que haya paz, democracia y estado de derecho”, afirmó. Y cargó contra Guaidó, al considerar que asumió el cargo “en un acto político de calle, de una manera extravagante”. Dijo que en ese episodio vio “un titubeante diputado, muy asustado, muy pero muy asustado, que asumió de la manera más informal y vulgar”.

Todo hace presumir que ha comenzado una ofensiva judicial contra Guaidó. Ante esta situación, y como medida de seguridad, el líder opositor decidió mantener en reserva su ubicación física. Dos allegados a él dijeron que está a “buen resguardo”, sin dar mayores detalles.

Estados Unidos y otros 15 países pidieron ante la Organización de Estados Americanos (OEA) que se garantice la “seguridad” de Guaidó y de los miembros de la Asamblea Nacional. En un discurso ante el organismo, el jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, fue aún más lejos y pidió a las fuerzas de seguridad de Venezuela que se encarguen de procurar esa protección. “Hacemos un llamamiento a las fuerzas de seguridad venezolanas para que garanticen la integridad física y la seguridad del presidente interino Guaidó”, dijo Pompeo.

En este marco de inestabilidad, la cúpula de las Fuerzas Armadas de Venezuela se mostró absolutamente alineada con Maduro, e inclusive utilizó el mismo argumento que el líder chavista. “En Venezuela se está llevando a cabo un golpe de Estado contra el presidente Nicolás Maduro, presidente legítimo”, aseguró el ministro de Defensa, el general Vladimir Padrino, flanqueado por los jefes militares. Y señaló como responsables a “sectores de ultraderecha” auspiciados por “agentes imperiales”.

El alto mando militar venezolano no sólo desacreditó el cargo asumido por Guaidó, sino que además descartó la posibilidad de levantamientos en los cuarteles tras la escalada del enfrentamiento entre el gobierno y la oposición. “No vamos hacer absolutamente nada que esté fuera de la Constitución”, resaltó Padrino.

El miércoles, Guaidó había llamado a las Fuerzas Armadas a ponerse “al lado del pueblo y de la Constitución” y les reiteró la oferta de amnistía a quienes desconozcan a Maduro. “Pero el mayor impedimento para que asuma en la práctica es el alto mando militar”, dijo el analista Diego Moya-Ocampos.

“La clave siempre ha estado dentro, en la articulación de la oposición y el apoyo militar incierto. Pero ahora Maduro, por error, pone a la comunidad internacional en el máximo nivel de protagonismo. Y ahí tiene mucho más que perder”, opinó el politólogo Luis Vicente León.

La tensión política también se siente en las calles, con la brutal represión que aplicó el régimen. Los disturbios ya dejaron 26 muertos, según datos del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS).

Caracas registró el mayor número de muertes, con siete víctimas. Los demás casos ocurrieron en los estados de Bolívar, Portuguesa, Táchira, Barinas, Amazonas, Monagas y Yaracuy. En la mayoría de los casos los muertos son jóvenes que recibieron disparos directos al pecho o la cabeza. Es un método que vienen utilizando las fuerzas de seguridad venezolanas y los cuerpos de choque del chavismo conocidos como “colectivos” con el fin desalentar cualquier rebelión.

En tanto, al menos 364 personas fueron detenidas entre el lunes y miércoles, según reportó el Foro Penal Venezolano (FPV). Aún no se sabe qué sucedió con ellos ni dónde están encarcelados, lo que generó preocupación entre los familiares. Ayer, después del mediodía, ya no hubo protestas barriales.

Los pronunciamientos de los gobiernos de distintas partes del mundo siguieron llegando a Venezuela, algunos en respaldo de Maduro, como los de Rusia, China y Turquía, y otros en reconocimiento a Guaidó. La mayoría de los países europeos consideró ilegítimo el proceso electoral que llevó a Maduro al poder, especialmente por la falta de transparencia y la nula participación de la oposición, pero tampoco emitió declaración de reconocimiento a Guaidó.

De todos estos pronunciamientos, Maduro recibió con especial interés la propuesta de México y Uruguay en favor de la apertura de un diálogo entre venezolanos, una iniciativa que afirmó aceptar de muy buena gana. “Les digo públicamente, estoy de acuerdo” dijo, y subrayó que “ése debe ser el camino”, “no el intervencionismo”.

Pese a que la situación cambió a partir de la asunción de Guaidó como presidente interino y de la presión de la comunidad internacional, la oposición no cree que pueda reiniciarse el diálogo después de las fallidas negociaciones de 2017.

Fuente: Clarín

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