Rumania: la impresionante mina de sal convertida en un parque de atracciones subterráneo

Situada en la región de Transilvania, de este lugar se llegaron a extraer millones de toneladas de sal. Hoy es una atracción turística para toda la familia.
Si descendemos un poco más, en la Mina Terezia nos espera una cascada de sal, estalactitas, eflorescencias salinas y un lago subterráneo que alcanza los 6 metros de profundidad y ofrece paseos en barco.
Historia de la mina de sal
La mina de sal de Turda tiene una historia que se extiende a lo largo de los siglos. Su origen se remonta a más de 13 millones de años, cuando un antiguo mar que cubría la región se evaporó, dejando tras de sí un enorme depósito de sal marina. Desde el año 1075 hasta 1932, esta mina fue explotada de forma continua, hasta que cesó su actividad y comenzó a transformarse en la atracción turística que conocemos hoy en día.
Ya en tiempos del Imperio romano, se reconoció el valor de este recurso natural, y la mina se convirtió en una de las más importantes para el abastecimiento de sal del imperio. Su época dorada llegó en la Edad Media, cuando se convirtió en una de las principales fuentes de suministro para gran parte de Transilvania. No obstante, a partir de 1840 la producción comenzó a declinar, hasta que finalmente cesó por completo tras haber extraído un total de 3 billones de toneladas de sal. Como dato curioso, las reservas actuales de esta mina podrían cubrir la demanda mundial de sal durante 60 años.
Después del cierre de la explotación, la mina tuvo otros usos: sirvió como refugio antiaéreo para los habitantes de Turda durante la Segunda Guerra Mundial, y entre 1948 y 1992, una parte de sus galerías fue utilizada como almacén de quesos.
Fuente: Losandes