Massa no es candidato pero está en la negociación
El ministro por ahora se corrió de la discusión de la candidatura presidencial, pero no de la negociación política. El guiño de Cristina a Wado. Máximo y la candidatura de Axel.
El peronismo tiene una atracción conocida por el caos, pero este cierre de listas está superando sus versiones más extravagantes. Mientras en Buenos Aires parecen acelerarse las definiciones, en la otra punta del mundo dos de sus protagonistas mantienen en Shanghai una agenda rutinaria de encuentros de gestión, como si las elecciones fueran el año que viene. Pero eso es la superficie.
Sergio Massa y Máximo Kirchner se apegan a su agenda en esta increíble ciudad, de una potencia arquitectónica que no tiene nada que envidiarle a Chicago, mientras los chats -con VPN para penetrar la muralla digital del PC Chino- estallan con las noticias de la arremetida final de Wado de Pedro para quedarse con la candidatura presidencial del peronismo, con un guiño muy evidente de Cristina Kirchner. Hay que reconocerle al ministro la audacia.
En el atrio vidriado del hotel Westin del Bund de Shanghai se observan dos grupos muy definidos pero de excelente convivencia. Por un lado esta Massa con sus funcionarios y por el otro Máximo con Paula Penacca y un puñado de camporistas. El presidente de Enarsa, Agustín Geréz, es un camporista anfibio que transita entre los dos grupos, como Cecilia Moreau lo hace desde el massismo. Y se destaca la presencia política de Juan Manuel Olmos, que le suma a esas dimensiones su diálogo con Alberto.
Olmos, además, no se distrae del cierre porteño, donde parecen encaminarse a replicar el modelo del PRO de candidato único, atrás del diputado Leandro Santoro, si logran terminar de limar los rencores de sus ex socios camporistas de la fracción de Mariano Recalde. La posibilidad que el ministro Matías Lammens encabece la lista de diputados no está descartada, pero exige más conversaciones.
Pero volvamos a lo importante. Massa hoy está corrido de la discusión de la candidatura presidencial. Se lo insinuó a Cristina en un encuentro clave en el Senado semanas atrás: “No se si es bueno que sea candidato ahora, por el tema de la economía”, dijo. Parece haber optado por jerarquizar su rol de garante de la precaria estabilidad del Gobierno desde la gestión y cuenta los millones que suma de reservas -ahora en China- con la concentración del que se sabe justito. Su relación con Alberto Fernández está en el peor momento.
Cristina habilitó entonces a Wado a desplegar un empujón final. Por eso, los hijos de la generación diezmada, el video, los carteles, el encuentro en el Senado y la tapa de Página 12. Pero eso no significa que ya esta. Sería una sorpresa que esta vez no haya sorpresa y Cristina termine haciendo lo que se filtró. Puede ser que el declive llegue a ese extremo. “Esta vez no hay pases de magia”, se resigna un dirigente que suele hablar con la vicepresidenta.
Para decirlo claro. La única “sorpresa” que se evalúa como posible es que sobre el final el candidato sea Axel Kicillof. En eso está trabajando Máximo Kirchner, que en la intimidad reconoce que “está difícil” de convencer al gobernador que decline la búsqueda de su reelección. Cristina por ahora, como reveló LPO en exclusiva, no quiere hacer ese esfuerzo.
Y esto nos lleva a un segundo punto tan importante como la definición del candidato. Cristina tienen que decidir si construye un candidato de lista única o uno para ir a la primaria contra Daniel Scioli. El primero es Axel Kicillof. El segundo es Wado de Pedro, que como dijo a LPO un funcionario de la comitiva: “Necesita la primaria contra Daniel porque tienen que ganarle a alguien, para ser candidato a presidente”.
La candidatura de Sergio Massa a senador nacional, profusamente filtrada en los medios, es parte de la arremetida final de Wado, hay que reconocerle la audacia. Puede ser, pero no está conversada con el principal interesado, que sí de algo entiende es de cierres. Falta muchísimo y en todo caso sería el topping de un pastel que todavía no tiene forma.
Pero cuidado, no hay que enredarse. Las listas no están cerradas hasta que llega el cierre: Y eso no es ahora, el plazo legal es la medianoche del 24 de Junio. Antes de eso, no habría que descartar que estemos presenciando los pasos de un elaborado cortejo, previo al momento que los mismos que se sentaron a definir el Frente de Todos en el 2019, lo hagan otra vez. Es decir, todavía faltan casi cuatro semanas en las que puede cambiar todo. Varias veces.
Fuente: Lapolíticaonline