Ignacio Gilí, un titán en el desierto
Con su fat bike, el Chueco se coronó por primera vez en la Titan Desert, es la primera vez que una bicicleta de este tipo gana una etapa de la competencia.
“Hay que hacer historia siempre, así me lo enseñó mi familia”. Estas fueron las palabras de Ignacio Gilí, quien no solo hace historia en nuestro País, sino que también lo hace en una de las competencias ciclísticas más duras del mundo, la Titan Desert, donde ya había conseguido posicionarse en el segundo lugar.
En esta última etapa logró subirse a lo más alto, llegar en primer lugar con su fat bike(una bicicleta con ruedas más anchas que lo habitual), siendo esta la primera vez que una bicicleta de estas características gana una etapa desde que nació esta competencia, “Hay que hacer historia siempre, así me lo enseñó mi familia. Hice historia en Argentina, en vueltas importantes de ruta y de mountain bike, también siendo olímpico en el 2.000, donde coincidí con Evans. Estoy muy contento también por el líder, que cumplió su palabra: yo tiré con todo lo que tenía, no tenía más, y él me llevó a meta, llegamos juntos, de la mano. Para mí es un honor estar al lado de Betalú. Este premio se lo dedico a mi hijo y a mi familia, que tanto la quiero” dijo un emocionado Chueco Gilí.
El agradecimiento a Josep Betalú, quien lidera la competencia, no es casual, es que el catalán le cedió al alvearense la victoria de la etapa, después de que juntos lograran separarse del pelotón, ambos se la jugaron desde lejísimos, alrededor del kilómetro 68, tras el primer paso por dunas de la edición, con un ataque iniciado poco después de superar el ecuador del recorrido. Tramo a tramo, la pareja se fue consolidando, con los dos sucediéndose de buena gana en los relevos, formando una asociación en armonía que alcanzó su máximo esplendor en la meta, punto en el que la distancia con los perseguidores ascendió a 4:51. “Cuando faltaban 60 kilómetros, ninguno de los dos creíamos que íbamos a llegar. Luego ampliamos la brecha y estoy muy contento de llegar con él hasta aquí. En los últimos 6-7 kilómetros me dijo que me dejaría al victoria. Antes me lo había dicho, pero no pensábamos que fuéramos a llegar”.
Ignacio Gilí sigue haciendo historia, con la bandera de General Alvear siempre en lo más alto.