Gentiloni, el premier silencioso que podría seguir guiando el país
El primer ministro italiano llega a las próximas elecciones en un escenario mejor que cualquiera que hubiera imaginado en diciembre de 2016, cuando tuvo que dejar la Cancillería para reemplazar a Matteo Renzi.
En estos 14 meses como premier italiano, Paolo Gentiloni, logró que el país aprobara la ley electoral que permitió el llamado a comicios, condujo con éxito la presidencia italiana del G7 y aparece nombrado por oficialismo y oposición como una de las pocas figuras que podría guiar el timón del país en caso de que se necesitara un regreso a las urnas tras el voto del 4 de marzo próximo.
Incluso, destacan, entregará el país con la economía a un crecimiento de 1,6% durante el 2017, más del doble del 0,7% que pronosticaba el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Con un vasto recorrido en el sector moderado de la centroizquierda italiana, Gentiloni (Roma, 1954) asumió el gobierno 14 meses atrás rotulado como “delfín” de Renzi, perfil del que poco a poco se fue desmarcando en base a pocas y contadas apariciones públicas en las que fue desplegando tonos de tranquilidad diametralmente opuestos a la hiperactividad de su antecesor.