Con sendos comunicados la Unión Industrial de Mendoza (UIM) y la Unión Comercial e Industrial de Mendoza (UCIM) fijaron su postura de rechazo a esa iniciativa de la Nación difundida en el inicio de la semana junto con el anuncio de un bono extraordinario para jubilados monotributistas, empleadas domésticas y trabajadores informales.
Qué dice la UIM
La Unión Industrial de Mendoza dio a conocer un documento titulado “Sin ideas para salir de la crisis, solo se crean impuestos”.
La entidad que preside Matías Díaz Telli indicó que “expresa su negativa y rechazo al proyecto anunciado para gravar los ingresos a las empresas que obtengan mayores ganancias producto del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania”.
“Se trata, una vez más -agregó- de buscar financiar un Estado cada vez más grande sin desarrollo serio de la economía con el consiguiente impacto en la inflación –el impuesto más regresivo que existe que más afecta a los que menos tienen- y en el desaliento de inversiones en un contexto de reglas cambiantes que, en este caso, rozan lo absurdo y ponen en alerta a la propiedad privada así como al trabajo genuino”.
Para la UIM “la alícuota sobre el componente de esa utilidad se enfoca en un conjunto de empresas con ganancias netas imponibles altas que tengan una renta significativa mucho mayor en 2022. No hay que olvidar que el proyecto debe pasar por el Congreso Nacional dado que es un nuevo impuesto por lo que también se hace un llamado a la racionalidad por parte de los legisladores nacionales”.
Y aclaró: “Aunque la propuesta explica que si existe reinversión dicha renta será menor, se trata de una falacia ya que –en el contexto actual- la mayoría de las empresas subsisten y no pueden pensar en ampliarse o invertir debido a las condiciones macro así como a la inexistencia de crédito para la producción”.
En los párrafos finales la nota de la Unión Industrial dice lo siguiente:
“A la vez, el hecho de que se pretendan gravar ‘márgenes de ganancia anormalmente elevados’ o ‘ganancias netas con aumentos significativos’ otorga un marco de discrecionalidad que ningún ente recaudador debería detentar en un estado de derecho.
Tal como pasó con el llamado Impuesto a las Grandes Fortunas, el gobierno ha vuelto a quedarse sin ideas para salir de la crisis económica existente así como demuestra que su apuesta no es a la producción o el trabajo sino al aumento de gastos del Estado que –está demostrado- no han servido para salir de la difícil situación que atraviesa el país.
En esta misma línea, ni desde la actual dirigencia que hoy gobierna pero tampoco desde la oposición, han surgido propuestas de reducción de gastos de la política o, al menos, de redirección de los mismos hacia áreas que realmente lo necesitan como salud, seguridad y educación para que no sean más gastos y se conviertan en inversión del Estado con el objetivo de aportar a la calidad de vida de una población empobrecida.
La UIM repite que la presión fiscal, la burocracia y las reglas que cambian de manera continua atentan contra la producción, la creación de trabajo genuino, la inversión que tracciona el desarrollo económico al tiempo que alientan la incertidumbre, la suba de precios y la pobreza que no deja de aumentar”
Qué dice la UCIM
La institución que conduce Daniel Ariosto tituló así su documento: “Necesitamos frenar la inflación, cuanto antes”.
La Unión Comercial e Industrial de Mendoza se quejó del “asfixiante sistema impositivo, que lejos de achicarse va creciendo”.
“Desde la cuarentena desde UCIM venimos emitiendo notas de opinión que iban marcando lo profundo de la crisis de nuestro país y cómo se ha ido acentuando. Es nuestra obligación como representantes de sectores comerciales, industriales y de servicio, ser un canal de expresión de nuestros representados y también, por nuestra actividad, advertir al resto de los ciudadanos, de qué manera observamos el rumbo de la economía·, comenzó diciendo la entidad gremial empresaria.
Luego sumó: “Hace meses que destacamos el camino inflacionario en ascenso que venimos recorriendo y de qué manera la falta de una política al respecto y en general, nos van llevando al borde del abismo”.
El resto del documento de la UCIM dice lo siguiente:
“Lamentablemente teníamos razón. El camino que recorremos se va poniendo cada vez más álgido y los argentinos, a pesar de un leve rebote, estamos cayendo cada vez más y más en la pobreza.
Como ya todos sabemos y según un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal, la inflación en Argentina fue del 6,7% en marzo, implicando una variación interanual del 55,1%. Estos valores mensuales son superiores a los de los meses previos (3,9% en enero y 4,7% en febrero). Con el dato de marzo, la tasa de inflación promedio mensual del primer trimestre fue equivalente a 1,23 veces la del primer trimestre de 2021 (5,1% versus 4,1%, y anualizada 81,3% versus 62,8%). Esta dinámica inflacionaria refleja un salto durante este año, que en caso de mantenerse ejercerá una acción negativa sobre el poder adquisitivo de salarios y jubilaciones.
El conflicto bélico ha generado restricciones de oferta adicionales a las ya existentes y subas de precios de materias primas, petróleo y gas, entre otros. Esta suba de precios relativos tuvo impacto en el nivel de precios de marzo y la inquietud que se genera es si habrá un efecto de segunda vuelta, que termine en un nuevo salto inflacionario, explica sobre las causas de la inflación, en gran parte del mundo Nadin Argañaraz. Cuando se compara la inflación argentina de marzo 2022 con la de marzo 2021, se advierte una suba de 1,9 puntos porcentuales. Esto implica que la relación entre la tasa de inflación de este año y la del año pasado es de 1,4. Al analizar al conjunto de países, se aprecia que la misma comparación arroja una diferencia de 1,4 puntos porcentuales y una relación de 3, aproximadamente. De esta manera, se aprecia que en Argentina los puntos extras de inflación interanual no fueron muy distintos a los registrados, en promedio, por el resto del mundo.
Los fríos y necesarios números, aunque dramáticos, no sirven para reflejar la extrema situación que vivimos todos los días los argentinos promedio sobre todo, a la hora de tener que alimentarnos.
Los últimos meses, la canasta alimentaria es la que más traccionó los índices de incremento de precios, provocando que el poder adquisitivo de todos, pero fundamentalmente de los más pobres, caiga irremediablemente. No solo la carne o el pan, sino cada uno de los productos de la canasta básica, se encuentran cada vez más lejos de la mesa de los argentinos y aunque el índice de pobreza cayó en los últimos meses, estos niveles de inflación no tardarán en volver a crecer, lamentablemente.
Como lo hemos expresado en muchas oportunidades, controlar la inflación depende de la economía, pero no solamente de eso. Mucho menos ahora, con una guerra afectando la vida del planeta. Pero también tiene que ver con la emisión indiscriminada, el crecimiento permanente del déficit fiscal y un costo de la política desmesurado.
Es por eso que es cada vez más necesario que el gobierno actual se ponga de acuerdo entre sí. Deje de lado las diferencias, se encolumne en un plan económico que signifique olvidarse de aspiraciones electorales y se ponga con toda su energía e intelecto a enfrentar este acuciante problema. Terminar con disputas y con proyectos de país divergentes. Acordar entre ellos y aceptar sugerencias desinteresadas, también de la oposición.
Los habitantes de este país, necesitamos consideración, a esta altura diríamos piedad por parte de quienes nos conducen, si no queremos terminar todos cayendo irremediablemente en la pobreza y expulsados de una vida digna.
Nuestra realidad solicita de manera urgente que tanto legisladores, como funcionarios del Ejecutivo, oficialistas y oposición, académicos y especialistas se aboquen a esto con toda su energía.
En lugar de pensar en nuevos impuestos o estrategias para exprimir la ya exprimida clase empresaria, deberían idear medidas para alivianar su carga y estimular su actividad, bajando impuestos y ampliando la base contributiva, lo que impactará directamente en el nivel de actividad y alentar, aunque más no sea, un mínimo crecimiento, genuino.
No podemos seguir empobreciéndonos. No en este país con tanto capital humano y con tantos recursos.
Y finalizamos al igual que el documento de la IARAF concluimos que: ‘Argentina tiene un problema inflacionario recurrente. La inflación es un síntoma. Es necesario llevar adelante los acuerdos necesarios para atacar consistentemente sus causas. Con el dato del primer trimestre, la inflación argentina anualizada es del 81,3%. Es vital que esta tasa baje, para evitar expectativas de inflación creciente y pérdidas de poder adquisitivo adicionales. En los últimos cuatro años, la inflación ha erosionado el poder adquisitivo de todos los asalariados y jubilados, aunque lo ha hecho en mayor medida con los trabajadores informales, que carecen de esquemas institucionales para defender sus ingresos de la inflación’.
El turismo, por nombrar solo alguna de las actividades que vienen en recuperación. Ha demostrado, este fin de semana largo, que puede ser un buen impulsor de actividades. Pero no con este nivel de incremento de precios. Necesitamos parar la inflación. De otra manera no sobreviviremos, ni empresas ni trabajadores”.
Fuente: Diario Uno