Empate caliente bajo un diluvio

El Xeneize estuvo dos veces arriba pero Independiente le empató en medio de un diluvio. Tello, polémico en medio de la tormenta.

El tiempo ya se encargará de bajar el martillo y dictar quién ganó y qué equipo perdió más con el empate. Independiente y Boca regalaron un clásico bárbaro, apasionante, vibrante, al que no le faltó ningún condimento: fue un choque áspero, picante, con tarjetas, con polémicas, con una roja que el árbitro Facundo Tello le perdonó a Juan Insaurralde tras una agresión a Sebastián Villa, con una expulsión exagerada a Frank Fabra, un desarrollo cambiante, goles y un desenlace de locos.

El diluvio de los últimos minutos, que transformó la cancha en una piscina olímpica y el tramo final del encuentro en un choque de fútbol playa, fue lo único que le faltaba a un duelo en el que pasó de todo. El choque, caliente, parecía haberse enfriado cuando el juez decidió frenar las acciones a los 43’ del segundo tiempo para esperar a que mermara el temporal que castigó sin piedad el campo de juego. Pero ni siquiera eso alcanzó para bajarle la temperatura a un cruce picante, que hasta tuvo algunos episodios de empujones entre los jugadores mientras se esperaba la reanudación.

Se lamentará Darío Benedetto, quien convirtió su 13° doblete en el Xeneize y sus dos goles por primera vez no alcanzaron para ganar. La sensación que quedó flotando en el aire húmedo del estadio Ricardo Bochini fue que el equipo visitante se ahogó en la orilla. Porque Boca tenía todo para imponerse en un partido muy duro en el que estuvo dos veces en ventaja, pero la victoria se le escapó. Y esta vez no pareció haber sido como consecuencia de un acto de inocencia, esa palabra que instaló Juan Román Riquelme, ya que el colombiano Fabra no debió haber sido echado por el árbitro.

Fuente: Olé