El Banco Central espera que en el tercer trimestre se recupere el agro y compense la caída del resto de los sectores
En el informe monetario mensual la nueva conducción encabezada por Luis Caputo resalta el objetivo de bajar la inflación a 17% el año próximo. Es clave para reanimar la actividad productiva
Después de un primer trimestre con una tasa de aumento del PBI de 3,6%, se pasó repentinamente a un escenario de crisis cambiaria, y severa recesión en la economía real, traccionada inicialmente por la subestimación de los efectos de una singular sequía, luego de los perjuicios de las inundaciones, pero luego agravada por la crisis cambiaria que surgió a fines de abril y que aceleró la inflación desde entonces.
Para frenar ese proceso, el equipo económico acudió a la asistencia del Fondo Monetario Internacional, el ministro de Hacienda aceleró la reducción del déficit fiscal, con mucho de contabilidad creativa y retracción de la obra pública; y el Banco Central subiendo las tasas de interés, y empezando a secar la plaza de pesos con aumento de los encajes y mayor actividad en el mercado secundario de las Lebac.
“A partir de mediados de junio, una nueva conducción del BCRA se enfocó en lograr un mayor control de los agregados monetarios, introduciendo aumentos en los requisitos de efectivo mínimo de las entidades financieras para reducir la liquidez del sistema. También se permitió un acomodamiento de tasas en el mercado secundario de Lebac, consistente con la mayor astringencia monetaria. La combinación de todas estas medidas finalmente logró traer una mayor calma en el mercado cambiario luego de varias semanas de fuerte inestabilidad”, resalta el Informe Monetario.
En ese período, el tipo de cambio flotó hacia abajo y hacia arriba, como en los últimos días, pero con un saldo neto virtualmente estable que inspiró la confianza en los técnicos del Central de que “lo peor ya pasó”.