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Carne cultivada: ¿El futuro de la alimentación?

Carne cultivada: ¿El futuro de la alimentación?

El desarrollo de la carne cultivada in vitro empieza a crecer en todo el mundo y busca ser una alternativa sustentable generada a partir de células animales.

Ante una creciente preocupación a nivel mundial por el daño ambiental que genera la producción ganadera, un grupo de científicos de la Universidad de Maastricht en Holanda se dispuso hace diez años a desarrollar el primer prototipo de hamburguesa in vitro. La carne cultivada busca ser una alternativa alimenticia más sustentable producida a partir de la tecnología de tejidos, aplicada habitualmente en el ámbito médico, que permite la multiplicación en laboratorio de las mismas células que producen la carne en el animal.

A diferencia de otras alternativas vegetales que buscan reemplazar el sabor de la carne, en este caso la materia prima sigue siendo la misma. El proceso consiste en extraer células de un animal, que luego se alimentan con nutrientes como proteínas, azúcares y grasa para generar, a partir de una célula, una porción entera de carne.

Desde 2016, la empresa B.I.F.E (Bio Ingeniería en la Fabricación de Elaborados) continuó con esta iniciativa en Argentina y desde entonces trabajan en la producción de carne cultivada. Se trata de una dependencia del laboratorio Craveri, especializado en medicamentos, que hace más de veinte años utiliza la tecnología de tejidos, en primera instancia aplicados para tratamientos médicos, y actualmente trasladados a la producción de alimentos. Con la experiencia médica previa, afirman que llegar al primer prototipo de carne fue “bastante sencillo” ya que implementaron “el mismo mecanismo de reproducción de células pero con un fin de alimentación“.

Carne cultivada in vitro.

Carne cultivada in vitro.

El objetivo fundamental de la empresa es trabajar en un producto que solucione el problema de falta de alimentos para las siguientes generaciones y que se pueda elaborar de manera sustentable. Aseguran que a diferencia de la producción tradicional de carne vacuna, la cultivada consume un 45% menos de energía, ocupa 99% menos de terreno, genera 95% menos gases invernaderos e implementa 96% menos de agua.

Laura Correa, Coordinadora de la División Bioingeniería del Laboratorio Craveri, trabaja en el proyecto desde sus comienzos en 2016 y sostuvo, en diálogo con Ámbito, que “la carne cultivada no quiere reemplazar a la carne tradicional, sino empezar a equilibrar y con este tipo de tecnologías evitar seguir generando daños al planeta que en algún momento no va a servir más para producir carne”.

¿Es seguro el consumo de la carne cultivada?

Una de las principales dudas que surgen a partir de la carne elaborada en laboratorios es qué tan seguro es el consumo de este producto para humanos. Al respecto, Correa asegura: “Nosotros que estamos involucrados en medicamentos sabemos la trazabilidad, el control de los procesos y las exigencias que tienen este tipo de elaboraciones. Hacen que los productos realmente sean seguros para el consumo”.

En contraste, resalta que la carne tradicional tiene muchas instancias donde puede contaminarse y ser insegura para comer: “Uno no sabe a dónde fue a la vaca a consumir o a tomar algo. Yo no sé si tomó agua de una fuente contaminada o de una fuente radioactiva y la consumimos sin ningún tipo de dudas ni complicaciones”, remarca.

En ese sentido concluye que “la carne cultivada sí puede garantizar el proceso completo. La idea es que esta tecnología sea transparente y que el consumidor sepa exactamente qué es lo que está consumiendo”.

Por otro lado, resalta que el cuerpo no tendrá complicaciones a la hora de procesar este alimento ya que tiene la misma composición biológica que la carne de vaca, la diferencia está en su desarrollo. “Lo que le va a llegar al consumidor es un proceso que no es sintético sino que imita biológicamente lo que estaría pasando dentro del animal”, explicó.

Reducir los costos, el principal desafío de la carne cultivada

Actualmente, el principal desafío que tiene que resolver la incipiente industria de la carne cultivada para salir al mercado y convertirse en un producto competitivo es reducir sus costos de producción. Por el momento, en Argentina siguen atravesando pruebas de control y análisis de calidad, y para estos pasos iniciales se usan insumos de calidad farmacéutica como vitaminas, aminoácidos y otros nutrientes que necesitan las células para crecer. Sin embargo, este tipo de productos tienen valores que pueden quintuplicar los que se usan habitualmente en la industria de los alimentos. Por esto, un primer paso a corto plazo para la reducción de costos es la implementación de insumos de calidad alimenticia y no farmacéutica.

Por otro lado, la inversión en la industria local es escasa. “Argentina a diferencia de otros países del mundo tiene los recursos más limitados”, detalla Correa. Consecuentemente, esto requiere “estar mucho más seguros de cada paso para no fracasar en ninguna de las etapas y eso lleva tiempo para tener más seguridad”, señala.

Igualmente, apunta que “en Estados Unidos lograron equiparar el costo de producción y el precio de los nuggets o hamburguesas in vitro es similar al costo de una porción de pollo“. Asegura también que “con el tiempo va a ser mucho más económica”.

De todas formas, la producción en Argentina no busca llegar a los supermercados ni competir con la carne tradicional, al menos por ahora. En primera instancia, el objetivo de B.I.F.E es “empezar a acceder a restaurantes, que el consumidor sepa cuál es el producto que se está desarrollando e instalarlo en la opinión pública”.

Además, es importante remarcar que los primeros productos que saldrán al mercado no serán cortes de carne tradicionales sino elaborados como salchichas o hamburguesas. En ese sentido, Correa explica: “La estrategia más rápida para poder acceder a una elaboración de una escala más importante es hacer elaborados como salchichas y hamburguesas, cosas que no importa tanto la forma y lo visual, y con aditivos, uno pueda generar un producto similar al que estamos acostumbrados a ver”.

Carne cultivada: cómo es el consumo en el primer país que aprobó su venta

En 2020 Singapur se convirtió en el primer país del mundo donde se aprobó la comercialización de la carne cultivada. Huber’s Butchery and Bistro es el único restaurante donde se puede acceder al producto hecho por Eat Just, la empresa estadounidense con sede en California.

La novedad del alimento generó furor y las primeras impresiones de la carne cultivada en el país asiático fueron positivas.

Este año, el departamento de Agricultura de Estados Unidos autorizó a dos empresas a vender pollo fabricado artificialmente. La FDA ya había considerado que son productos seguros para el consumo humano y empezará a comercializarse próximamente.

En este sentido, Correa sostuvo: “Le da mucha validez y visibilidad, además genera el respaldo a las entidades que trabajamos con este tipo de productos“, expresó.

Para concluir destacó: “Hay mucha gente interesada en la carne cultivada, sobre todo en las generaciones más jóvenes con más conciencia del daño que generamos nosotros al medio ambiente. Creen que si la carne cultivada es algo rico que se puede consumir, estarían dispuestos a probarlo“.

Sin dudas se trata de un producto innovador que podría traer una respuesta al enorme problema medioambiental que genera la industria ganadera. Sin embargo, por el momento no fue probado a gran escala en ningún lugar del mundo y no se conoce qué efectos podría tener en el futuro.

Fuente: Ambitofinanciero