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Buscó por todo el mundo al asesino de su hija y lo encontró tras 26 años

Buscó por todo el mundo al asesino de su hija y lo encontró tras 26 años

El padre de una joven asesinada en 1994 halló el homicida de su hija.

Dicen que la justicia tarda, pero llega. Así ocurre en el caso de Nancy Mestre, una joven colombiana, estudiante de bachillerato, que fue violada y asesinada en la madrugada del 1 de enero, en 1994.

Su asesino, Jaime Saade Cormane, fue capturado en 2020 en Belo Horizonte, en Brasil. Duró 26 años prófugo de la justicia, porque escapó el mismo día del macabro crimen.

El administrador de empresas e integrante de una familia de alta sociedad fue condenado en ausencia en su país en julio de 1996. 25 años de prisión por el delito de homicidio y 2 años por acceso carnal violento.

Saade —condenado a 27 años de prisión por un tribunal colombiano en ausencia en 1996 por asesinar y violar a Nancy Mestre— fue arrestado en 2020 por Interpol, pero el Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil negó ese mismo año su extradición a Colombia. Mestre no bajó los brazos, apeló la decisión y esperó, aunque el tiempo estaba en su contra porque el crimen, de acuerdo a las leyes de su país, prescribe este año.

El martes, los magistrados del STF volvieron a reunirse y por mayoría de votos aprobaron la extradición de Saade. La decisión fue tomada por la Segunda Sala del alto tribunal brasileño, que volvió a analizar el caso.

Saade será entregado a las autoridades colombianas para que termine de cumplir la pena que le fue impuesta por homicidio. Su extradición por violación ya prescribió. La Justicia de Colombia tendrá que descontar el tiempo que el hombre estuvo preso en Brasil.

Una historia desgarradora

La historia de Martín Mestre, un padre que durante años buscó al asesino de su hija, es de profundo dolor. La última vez que vio a su hija fue en la puerta de su casa después de brindar con su mujer y sus dos hijos. Una de ellos, Nancy Mariana, quien tenía 18 años, le había pedido permiso para celebrar el Año Nuevo fuera de casa y con Jaime Saade, con quien ella salía desde hacía un tiempo.

Mestre salió a despedirlos. “Vuelve a las tres”, le recordó a ella. “Cuídamela”, le pidió a él. Este último es el recuerdo que Mestre tiene de su hija, según publica el diario El País de España.

En la mañana del 1 de enero de 1994, Martín se despertó y sintió que su hija no había llegado a casa a las tres de la mañana como él le pidió y emprendió una búsqueda por varias discotecas hasta llegar a la casa de Jaime Saade.

“La madre de Jaime estaba limpiando el departamento de su hijo, anexo a su casa. En el amanecer del primer día del año. Estaba todo el suelo mojado. La mujer lo miró y le dijo: su hija tuvo un accidente, está en la Clínica del Caribe”, fue el cruel relato que recibió Martín. Al llegar al centro médico, Saade le dijo que su hija se había intentado suicidar al dispararse con un arma de fuego.

Nancy estuvo en la clínica y días después falleció, pero lo más extraño fue la desaparición de Jaime Saade, de quien no se volvió a saber nada para esclarecer lo ocurrido. “En 1996, un juez colombiano condenó a Saade por el homicidio y la violación de Nancy Mariana, a 27 años de cárcel, a pesar de estar desaparecido. El suicidio fue descartado”, dice el diario El País.

Y ante esta sentencia, Martín comenzó la búsqueda de Saade por cielo y tierra.

Martín hizo un curso de inteligencia y con cuatro perfiles falsos en redes sociales comenzó a acercarse a la familia Saade,

La pericia de Maestre junto con dos coroneles que lo ayudaron con la investigación los llevó a encontrar a Saade en Belo Horizonte, Brasil, luego de analizar muchas conversaciones y publicaciones que estaban revisando de los familiares de Jaime.

Interpol le siguió la pista a un hombre que coincidía con los rasgos de Jaime Saade, pero se llamaba Henrique Dos Santos Abdala, casado y con dos hijos. La policía brasileña lo investigó y gracias a la huella que encontraron en un vaso que utilizó en un bar supieron que sí era él.

“Los tiempos de Dios son perfectos. Todo tiene que ser como Él indica que debe ser. En ningún momento yo dudé que lo íbamos a lograr. Le pedí a Dios que me diera tenacidad y tiempo para seguir en esta lucha de manera que el crimen de mi hija no quedara impune. Que el asesino Jaime Saade Cormane pagará por lo que él hizo: la tortura y abuso sexual que le hizo a mi hija para luego asesinarla”, dijo Martín al diario El Heraldo de Colombia.

Fuente: Clarín