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Boca, un Súper puntero

Boca, un Súper puntero

Benedetto, héroe frente a River, marcó el 1-0 agónico del Xeneize ante Lanús y que lo deja en la cima de la Liga Profesional.

Boca se llevó puesto todo: desde el 0-3 con Patronato y en caída libre, a este equipo que llegó a la punta en sólo 39 días, que ganó el clásico, el post clasico y que hasta dejó en offside los miedos -justificados- de Román. Pero parecía tener razón el 10 en eso que el Súper pasa su factura inexorable. Boca la pagó desde el vamos, jugando dos marchas abajo de un Lanús que salió a correr por su propia subsistencia, por más que no supiera bien para qué ni para dónde. O sí, correr para adelante, para los costados, para donde fuera que cayera la pelota.

El contraste, entonces, fue evidente. Como a los 20 segundos, cuando Fabra totalmente desconcentrado perdió una pelota en la salida, la tomó Blando y con un zapatazo hizo reaccionar a Rossi, que por suerte estaba enchufado. Es cierto, Boca sufrió algunas ausencias, porque Rolón no es Varela, ni este Vázquez es Benedetto. Briasco se las ingenió para disimular la ausencia de Langoni, pero ni Ramírez ni Romero, en función de enlace, fueron solución para un equipo que tuvo la pelota pero no la usó, a excepción de un desborde perfecto del Beto, que Ramírez dejó pasar y que Óscar desperdició desde cerca.

Ibarra se dio cuenta de que algo tenía que hacer y decidió mandar a la cancha a Varela para tener un mejor primer pase y un Payero para intentar que el medio tuviera más cambio de ritmo y dinámica, en lugar de un Ramírez que también, justo decirlo, había hecho un gran despliegue en el superclásico. La lesión de Briasco, que el DT no tenía en cuenta, obligó a otro cambio, con un Langoni que intentar tomar las cosas donde las dejó.

Así las cosas, el cambio de figuritas le fue dando otra intensidad a Boca, aunque no fue automático. Costó, como si River lo hubiera dejado sin energía, como si la ausencia de Rojo (presente en las tribunas de La Fortaleza) hubiera a dejado al equipo huérfano de vigor.

Más, el partido se jugó más en campo de Boca que de Lanús. Blando siguió exigiendo casi en solitario a la defensa y Rossi tuvo que lucirse otra vez con una tapada ante una guapeada del centrodelantero.

Boca, sí, fue recuperando iniciativa. Se encendió en una triangulación entre Romero y su gran pase a Pol y la habilitación de éste para Langoni, que llegó como una flecha para tocar al gol, pero una gran tapada de Monetti se lo impidió. Si lo que faltaba era la puntaba final, nadie podrá decir que Ibarra no lo intentó; puso a Benedetto para ver si el aura River seguía vigente (y vaya que lo demostró)y apostó por la frescura de Zalazar por el inconsistente Óscar.

El tiro libre de Payero que casi se mete fue otro aviso de que Boca intentaba estar en otra sintonía ante un Lanús que le empezó a pesar el sobre esfuerzo.

A la reacción de Boca se la llevó la emergencia: ya sin cambios, la lesión de Figal obligó a Ibarra a mandarlo al medio y a Varela de segundo central para intentar solucionar el problema.

Y cuando Boca empezaba a lamentar dos puntos perdidos, el Varela de marcador central arrancó la jugada que siguió en una patriada de Fabra, que siempre justifica en ofensiva sus siestas atrás, para que el Pipa en estado de gracia facturara un gol clave.

Encima, Lanús casi lo empata en la jugada de salida del medio (más allá de que la jugada pudo haber sido revisada por el VAR) pero qué va. Otro partido que Boca gana por la mínima, con un montón de asteriscos, pero con un invicto de 9 partidos y un slalom de cinco triunfos al hilo hay cosas que no se discuten. La punta, en tal caso, habla por sí sola…

Fuente: Olé

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