fbpx

Cristina habló ante una multitud que pidió “una más”, pero no dio definiciones electorales

Cristina habló ante una multitud que pidió “una más”, pero no dio definiciones electorales

La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner se reencontró con la militancia en una tarde lluviosa. Sin dar definiciones políticas sobre el futuro electoral del Frente de Todos, apuntó a Macri y a Milei y pidió una “salida política” al acuerdo con el FMI.

La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner brindó esta tarde, en un nuevo aniversario de la asunción de Néstor Kirchner, un discurso ante una Plaza repleta de militancia en el que reiteró sus críticas a la oposición, a la Corte Suprema de Justicia y al endeudamiento con el FMI, pero evitó dar definiciones electorales de cara a los comicios 2023.

“Una más y no jodemos más”, gritaban los miles de militantes que se reunieron en una Plaza de Mayo lluviosa y llena de paraguas que emuló al Cabildo Abierto de 1810, en otro 25 de mayo.

El discurso fue un racconto de los 20 años de kirchnerismo que incluyó críticas al endeudamiento de Mauricio Macri, cuestionamientos a la plataforma antiestatista de Javier Milei y fuertes dardos a la Corte Suprema de Justicia a la que llamó “mamarracho indigno”.

Además, insistió en que la Argentina tiene que dejar de lado al Fondo Monetario Internacional. El préstamo del FMI, fue un préstamo político y política también tiene que ser la solución”, indicó y sostuvo que la deuda contraída es “imposible de pagar” sin una nueva renegociación de los términos del acuerdo.

“Qué mejor lugar que volver a encontrarnos en esta Plaza de Mayo, la Plaza de la patria. Quiero encontrarme de nuevo con ustedes en esta plaza, como hace 20 años”, comenzó Cristina, desde un escenario en la que la acompañaban su hijo Máximo Kirchner, sus nietos y la madre de ellos, Rocío García, actual diputada provincial santacruceña; Alicia KirchnerWado de Pedro, Sergio Massa y Axel Kicillof.

“Ese país que recibió a aquel presidente patagónico venía de una gran crisis en el 2001. En estos tiempos en los cuales se habla tanto en contra del Estado, que es necesario un Estado pequeñito, un Estado que no moleste, un Estado que deje que los argentinos vivan en paz. Quiero contarles que cuando él llegó al Estado después de la crisis del 2001, era así de chiquitito”, recordó las dos veces presidenta de la Nación, al tiempo que comparó que la deuda externa era “así de grande”.

“Pero, si todo estaba en manos de los privados, si todo estaba en manos de los buenos administradores, ¿por qué la Argentina debía tanta plata? Por una razón muy sencilla: porque habían contraído deuda externa, porque la habían estatizado en el ’82, porque siguieron durante toda la década del 90 para sostener la falsa dolarización, endeudando al país”, continuó, al mencionar “el día que se caía la convertibilidad y se apropiaban de los depósitos a plazo fijo de los argentinos en el famoso corralito, de aquel señor calvo y de ojitos claros”.

En este punto deslizó cuestionamientos para el exministro de Economía, Domingo Cavallo, al que aludió como “aquel señor calvo y de ojitos claros” y para sus discípulos que “hoy explican lo que van a hacer” si ganan las elecciones. “Esos dólares y esos pesos que se los quedaron los genios de las finanzas, lo pagaron los kukas: Néstor y Cristina”, remató.

El país de Néstor Kirchner

“Cuando Néstor llegó al Gobierno y recibió la deuda defaulteada, la deuda soberana más grande de la historia, la reestructuró contra viento y marea logrando la quita de capitales e intereses más importante de la que se tenga memoria”, sostuvo la vicepresidenta.

“Pero no se quedó ahí: además, decidió, junto al compañero Lula Da Silva, pagar al contado, taca taca, la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Es ahí cuando la Argentina y su Gobierno votado en las urnas recupera el timón de la economía y comienza un proceso de reindustrialización e inclusión, de valor agregado, de tecnología, de repatriación de científicos e investigadores, de la construcción, de una red social de inclusión para una sociedad que había sido devastada por la desocupación y la exclusión”, continuó.

“Cuando el compañero llegó a Presidente de la República, el Producto Bruto de este país era de 164.000 millones de dólares. Cuando su compañera entregó el Gobierno el 10 de diciembre del 2015, el Producto Bruto era de 647.000 millones de dólares. Pagamos, durante 12 años y medio, 100 mil millones de deuda de dólares que no habíamos contraído nosotros”.

“¿Y qué? ¿Fue magia? No, el modelo de construcción de la sociedad, un modelo de producción, de valor agregado, de inclusión social, de sostenimiento de la industria nacional, de buenos salarios. No es pecado pagar buenos salarios, al contrario, es de buenos cristianos. Y aquel Gobierno termina con el mejor salario en dólares de toda Latinoamérica, con la mejor jubilación y con la mayor participación de los trabajadores en el Producto Bruto Interno, más del 51%”, destacó.

Los contratiempos de su Gobierno y el “palito” a Lousteau por la 125

Cristina explicó que los 12 años de Gobierno kirchneristas “no fueron fáciles”. “A los tres meses de asumir como Presidenta, por otro genio de la economía también, de los que nos dan clases todos los días, casi me pongo al país de sombrero. Fue algo muy fuerte. En esta misma plaza hablamos de esta crisis que sinceramente dividió a la sociedad argentina, una crisis política de magnitud muy fuerte”, indicó sobre la crisis con el campo de 2008, en alusión a la Ley 125 de retenciones móviles impulsada y anunciada en ese entonces por el economista Martín Lousteau, actual senador de Juntos por el Cambio.

También enumeró la crisis financiera internacional por la caída de Lehmann Brothers y la sequía de 2009. “Entre 2008 y 2010 perdimos millones de cabezas de ganado. Hay una ventaja con la de ahora, que nadie le echa la culpa a este Gobierno porque obviamente es una cuestión climatológica”, dijo.

La economía para salir de la crisis

Cristina Kirchner pidió “articular algo diferente” para poder salir de la crisis económica. “No podemos seguir atados a una economía primarizada, no podemos seguir atados a los precios internacionales o que llueva o a que salga el sol, necesitamos dar un salto cualitativo: una alianza entre lo público y lo privado para agregar valor, para incorporar tecnología”.

“Cuando uno ve las principales economías que han surgido en los últimos 20 o 30 años, lejos está de la doctrina que nos quieren imponer acá que el mercado y lo privado todo lo resuelve. Al contario, son modelos de acumulación, acordados entre el sector público y el sector privado, en las actividades que más retorno provocan, y por lo tanto mayor incorporación de tecnología, de valor agregado y de trabajo calificado. Esta es la discusión que están esperando los argentinos y no las boludeces que se dicen todos los días en los medios de comunicación. Boludeces”, lanzó ante los aplausos del público presente.

La deuda con el FMI y la distribución del ingreso

Cristina hizo hincapié en esta parte de su discurso en la economía recibida en 2019 tras el mandato de Mauricio Macri. “Nuevamente endeudada la Argentina en dólares. Fuimos en el año 2016 y 2017 el país en el mundo que más deuda en dólares tomó. Cuando no se puedo pagar, pasó lo que pasó: otra vez el FMI, pero con un adicional. Ya no eran los préstamos más o menos normales que se daban a todas las economías, le dieron para que pudiera ganar las elecciones 57 mil millones de dólares. Un préstamo inédito, insólito”, recordó.

“El problema acuciante que hoy tenemos es la distribución del ingreso. Para distribuir el ingreso, muchas veces hay que ponerle carita fea a los que tienen mucho. ¿Por qué creen que en nuestro Gobierno pudimos llegar al 51% y por qué creen que me odian, me persiguen y me proscriben? Porque nunca fui de ellos ni lo voy a ser. Hagan lo que hagan, me quieran matar, meter presa, nunca voy a ser de ellos. Yo soy del pueblo y de ahí no me muevo”.

“También tenemos que saber que es necesario construir organización, profundidad territorial de la organización, profundidad sectorial en las fabricas, en los sindicatos, una sola persona no puede, tiene que haber una organización, cuadros que tomen la posta y lleven adelante el programa de Gobierno que necesita la Argentina”.

Los tres ejes de un futuro programa de Gobierno

Cristina Kirchner planteó en su discurso tres ejes para el futuro del país: resolver la deuda con el FMI, renovar el pacto democrático y avanzar en una articulación entre lo público y lo privado. “Si nosotros no logramos que ese programa, que el FMI impone a todos sus deudores, sea dejado de lado y nos permita elaborar un programa propio de crecimiento, de industrialización, va a ser imposible pagarlo. Cuando Néstor decía ‘los muertos no pagan las deudas’, decíamos eso”, indicó.

“Cuando escucho ‘hay que acabar con el peronismo o el kirchnerismo’. Por favor, si con ganar alcanza, ¿por qué tenemos que llegar al exterminio del otro. Se los digo como parte de una generación que finalmente fue devorada en la vorágine de la violencia política, con hijos y familiares que ni siquiera tienen el derecho de ir a llorar a sus seres queridos, en nombre de todos ellos no puede haber un argentino de bien que no se oponga a esas prácticas terribles”.

En la renovación de ese pacto, Cristina incluyó también reconstruir un Poder Judicial “que se ha evaporado entre las tramoyas de una camarilla” y se refirió a la Corte Suprema como “verdadero mamarracho”.

“No importa si es un jurista de una u otra orientación, pero por favor, los argentinos se merecen una Corte Suprema de Justicia que sea llamada como tal sin ponerse colorados. Por favor se los pido a todos los partidos políticos de la República Argentina, es la imagen del país también”, agregó.

El pedido a la militancia

Al cierre de su alocución, Cristina convocó a los presentes en la Plaza de Mayo a militar “cada una, en su lugar de estudio, en el trabajo, en la calle, en el bondi o en el subte o en la bici” para desarticular “este entramado de desinformación en cuanto a los verdaderos responsables de la situación que vive la Argentina en materia de endeudamiento, de falta de dólares, de corridas”.

“Basta de pedirle al otro que haga cosas que nosotros no estamos dispuestos a hacer. Hay que romperse lo que hay que romperse y lo tienen que hacer todos y todas”, cerró.

Fuente: Ambitofinanciero